El mes de noviembre fue el mes elegido por el Colegio de Veterinarios de la provincia de Buenos Aires para poder visibilizar las situaciones de violencia tanto física, emocional y psicológica que sufren cada vez más veterinarios en el ejercicio de su profesión
Hace ya un tiempo los veterinarios están siendo noticia en distintos puntos del país, pero no por buenas razones. La escalada es tal que de las situaciones de violencia verbal, o a través de escraches difamatorios a través de las redes sociales, en muchas oportunidades
se ha llegado a la violencia física con consecuencias alarmantes.
El amor por los animales genera un vínculo muy fuerte entre los animales y sus responsables; por eso cuando enferman se generan situaciones de angustia y nerviosismo. Generalmente las manifestaciones de violencia hacia los profesionales se desencadenan cuando se brinda un diagnóstico no esperado y entonces, de la tristeza a la violencia, parece haber un camino sin salida.
Si bien todos los profesionales son parte de una sociedad que manifiesta situaciones de violencia de forma recurrente, en el caso de los veterinarios la situación es más alarmante. En los últimos tiempos se reunieron algunos datos que ayudan a tomar dimensión de la situación y sus consecuencias. Más del 70% de los veterinarios del país han atravesado alguna vez escraches en redes sociales, rotura de las instalaciones, agresiones verbales y físicas o violencia psicológica. Entonces no resulta dificil comprender que estemos hablando de la profesión con más probabilidad de suicidio (no solo en Argentina, sino también a nivel internacional, según destaca la American Veterinary Medical Association) y que presenta niveles de ansiedad, depresion y fatiga por compasion mucho más elevados en comparacion con otras profesiones.
Para citar un ejemplo de esta situación extrema, es suficiente recordar el ataque al Dr. Claudio Bulgarella en 2021 cuando recibió una golpiza que lo dejó hospitalizado luego de haber atendido un caniche y que sus tutores encontraran en la violencia la forma de descargar su pesar. En ese entonces para visibilizar las agresiones que enfrentan por parte de clientes insatisfechos con la situación de sus mascotas más de 400 veterinarias cerraron sus puertas por el día. La situación parece no haber cambiado.
La agresión a Bulgarella dejó al descubierto una situación que en mayor o menor medida muchos veterinarios habían sufrido.
Con el objetivo de visibilizar la problemática y terminar con la violencia hacia profesionales veterinarios, el CVPBA, como institución que mayor número de profesionales reúne a nivel nacional, lanzó hace 2 años el Observatorio Nacional de Violencia Veterinaria.
Entre sus actividades se busca concientizar a la sociedad sobre el rol del profesional veterinario en su calidad de agente de salud. La Comisión directiva del CVPBA repudia cualquier manifestación de violencia hacia los profesionales veterinarios/as, y a través del Observatorio busca acompañar a sus profesionales y generar conciencia de esta creciente manifestación social, que afecta a todos los profesionales de la Salud Pública, y requiere urgentemente que la sociedad se involucre en el abordaje integral de la VIOLENCIA SOCIAL.
En una sociedad violenta, cada uno debe hacer su parte para resguardar la integridad física, emocional y psicológica de quienes por el solo hecho de elegir una profesión vinculada a los animales, terminan recibiendo agresiones solo posibles en una sociedad angustiada que encuentra en la violencia una forma de exteriorizar sus emociones.