Terapia Asistida con Perros

En una innovadora fusión entre la medicina veterinaria y la pediatría, la Dra. Teresa Lanuse, médica veterinaria especializada en intervenciones asistidas con animales, ha dado un paso significativo hacia la mejora del bienestar infantil. Teresa comenzó su trayectoria estudiando en Tandil y, desde 2015, ha trabajado en diversas escuelas y entornos especiales. Sin embargo, su mayor desafío y logro comenzó hace dos años, cuando estableció un proyecto conjunto con el Hospital de Niños para integrar perros en el tratamiento de los pequeños pacientes.

La idea surgió tras una visita al hospital San Juan de Dios en España, donde observó de cerca cómo los perros ayudaban en terapias para niños. Inspirada por esta experiencia, Teresa y el equipo del Hospital de Niños decidieron explorar la posibilidad de replicar esta iniciativa. «El hospital estaba buscando formas de mejorar la calidad de la estancia de los niños internados. Así, surgió un doble proyecto: por un lado, llevar a mis perros entrenados especialmente para trabajar con niños hospitalizados, y por otro, desarrollar actividades específicas dependiendo de las necesidades de cada niño», explica la Dra. Lanuse.

En la práctica, este proyecto no solo se centra en la interacción lúdica entre los niños y los perros, sino también en intervenciones terapéuticas más profundas. Teresa y su equipo seleccionan cuidadosamente qué perro llevar a cada niño, basándose en su edad, patología y necesidades emocionales. Aunque actualmente el proyecto se desarrolla en la sala general del hospital, Teresa sueña con expandirse a otras áreas, como oncología, para poder ofrecer este apoyo a más niños en situaciones críticas.

La especialización y formación de Teresa en centros como el CETAC y su experiencia como educadora de perros de asistencia han sido clave para el éxito del proyecto. Teresa subraya la importancia del vínculo humano-animal y cómo este puede transformar la experiencia hospitalaria de los niños. «El contacto con los animales genera una calma y reduce la ansiedad en los niños. He visto cómo chicos que estaban reticentes a moverse se animaban a levantarse y caminar gracias a la presencia de un perro», relata emocionada.

Teresa trabaja junto a Carolina Artigas, una maestra con quien forma un equipo sólido. Juntas evalúan las necesidades de cada niño y deciden si la intervención será más lúdica o terapéutica. Además, el trabajo con los perros no solo beneficia a los niños hospitalizados, sino también a los perros, que encuentran un propósito y una conexión especial con los humanos.

El objetivo a largo plazo de Teresa es expandir este modelo a otros hospitales y formar a más profesionales en esta área. «Quiero que este proyecto se pueda replicar en distintos hospitales», afirma la Dra. Lanuse.

Actualmente, Teresa ofrece consultas domiciliarias especializadas en endocrinología y pequeños animales, complementando su trabajo en el hospital. Para aquellos veterinarios interesados en seguir sus pasos, Teresa recomienda formarse y explorar las posibilidades de colaborar con hospitales cercanos. «Encontrar una forma de acompañar a los niños desde el lado humano y fortalecer el vínculo con los animales puede hacer una gran diferencia», concluye.

Este proyecto no solo mejora la calidad de vida de los niños hospitalizados, sino que también abre una nueva perspectiva en la colaboración interdisciplinaria, demostrando que el cuidado y el amor por los animales pueden ser una poderosa herramienta terapéutica.