Ante los casos confirmados de Influenza Aviar, nuevamente los veterinarios cobran protagonismo como actores esenciales tanto en materia de sanidad animal como parte fundamental de la cadena de producción animal.
En nuestro país existen aproximadamente 5000 granjas de producción de pollos y 1000 de huevos. Esto implica una industria sumamente relevante para el consumo local, que en los últimos días entró en alerta.
Si bien es cierto que la ingesta de pollo o huevos NO tiene ningún tipo de riesgo para las personas, -ya que la enfermedad no se trasmite mediante el consumo,- sí es importante que los productores extremen las medidas de control en las granjas para evitar la infección, y el realicen el reporte temprano de aves enfermas que permita contener la enfermedad.
La influenza aviar es una enfermedad viral, que afecta a aves silvestres y de corral, y que puede afectar muy ocasionalmente a las personas (y no se transmite de persona a persona, sino del contacto con heces o secreciones de animales enfermos). Por eso, ante la aparición de aves que manifiesten dificultades respiratorias, motrices o digestivas (o se encuentren aves muertas) es importante dar aviso a las autoridades sanitarias. De esta forma estaremos colaborando para evitar que esta enfermedad se traslade a los traspatios (gallineros hogareños por ejemplo) y posteriormente a granjas de producción o criaderos comerciales.
Es necesario destacar que las medidas de contención sanitaria implican el sacrificio de las aves enfermas, pero también de todas aquellas que hayan podido estar en contacto. Incluso las medidas pueden llegar a extenderse para evitar que la enfermedad se extienda por una mala contención (control de los movimientos de animales y personas que estuvieron en contacto, vehículos, etc.) hacia otros establecimientos. Por tanto, cuánto más rápido se detecte y actúe en consecuencia, menores serán las pérdidas/costos.
El impacto económico
La influenza aviar desde hace varios años genera pérdidas millonarias tanto en Europa como en Estados Unidos.
En nuestro país, la cadena aviar exporta más de 350 millones de dólares (teniendo como destino a 65 países) y emplea a aproximadamente 70 mil personas de forma directa. Teniendo en cuenta que la enfermedad tiene un impacto directo por muerte de al menos el 50% de los animales que están en un brote, es suficiente referencia para calcular el impacto económico que podría aparejar un mal manejo sanitario o un mal asesoramiento.
La detección en aves silvestres o traspatio aún no implica el cese de las exportaciones, pero de ingresar en el circuito comercial realmente se entraría en un gran problema si la región del sur de Entre Ríos / norte de Buenos Aires se reportaran casos, siendo esta la principal región de establecimientos comerciales dedicados a la producción aviar.
Recomendaciones para no adquirir la enfermedad
Las personas pueden adquirir la gripe aviar principalmente a través del contacto directo con animales infectados (vivos o muertos) o con sus entornos contaminados, por eso desde el Ministerio de Salud de la Nación se recomienda seguir las siguientes medidas de cuidado:
- Lavado frecuente de manos con agua y jabón o usar desinfectantes a base de alcohol.
- Evitar el contacto directo con aves silvestres y, de ser posible, solo observarlas desde lejos.
- Evitar tener contacto sin protección con aves de corral que parecen estar enfermas o muertas.
- En relación con aves en grandes ciudades (gorriones, palomas) el riesgo se considera muy bajo ya que estas aves no se han mostrado hasta el momento muy susceptibles al virus.
- En caso de encontrarse algún ave enferma o muerta, evitar el contacto y dar aviso a las autoridades sanitarias del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
- No tocar superficies que podrían estar contaminadas con saliva, mucosa o heces de aves silvestres o de corral.
- Actualmente, no hay restricciones para viajar a zonas afectadas por influenza aviar. Sin embargo, se recomienda que las personas que viajan a zonas con brotes de influenza aviar tomen las medidas de prevención necesarias para evitar el riesgo de contraer la enfermedad.